En el país existen 19.849 personas con Síndrome de Down, de las cuales 53.4% son hombres y un 46.6% son mujeres. El estigma y la discriminación representan dos de los principales obstáculos que enfrentan las personas que padecen este trastorno genético en el ámbito laboral.
Sin embargo, a pesar de su potencial y sus deseos de contribuir a la sociedad, muchas de ellas se encuentran con barreras significativas en su búsqueda de empleo, ya que las actitudes negativas y los prejuicios a menudo limitan sus oportunidades de desarrollo profesional.
Realidad laboral
Rossana Ariza, quien se desempeña como directora de Recursos Humanos del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad, señala que, a pesar de la existencia de la ley 29953, que obliga a las empresas con más de 50 trabajadores a contratar al menos un 3% de personas con alguna discapacidad, en la mayoría de los casos no se cumple con esta normativa.
La mayor concentración de personas diagnosticadas con Síndrome de Down se encuentra en Lima Metropolitana, con un 34.8% del total de inscritos, seguido por La Libertad con un 6.1%, Piura con un 5.5%, el Callao con un 4.1% y Arequipa con un 4%. Fomentar la inclusión laboral a nivel nacional de personas con este síndrome no solo representa un acto de justicia, sino también una decisión que enriquece a la comunidad laboral y promueve un ambiente más equitativo y comprensivo.
Desafíos pendientes
María Sullca, madre de Diego Quispe, un joven con Síndrome de Down, comenta que la discriminación es un obstáculo constante para su hijo y que a menudo lo perciben como incapaz antes de darle una oportunidad para demostrar lo contrario.
A pesar de los avances en la inclusión laboral, aún existen desafíos pendientes. Se necesita una mayor concienciación en la sociedad, así como la implementación de políticas y programas que promuevan la inclusión de personas con Síndrome de Down en el mercado laboral peruano.
La inclusión laboral de las personas con Síndrome de Down representa un valioso potencial para el ámbito laboral, enriqueciendo la diversidad de talento en las empresas y fomentando la igualdad y la aceptación en la sociedad.
Este es un desafío y una oportunidad simultáneamente. A través de la educación, la sensibilización y la implementación de políticas inclusivas, se puede avanzar hacia una sociedad donde todos tengan igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, contribuyendo a una comunidad más diversa, justa y enriquecedora para todos.
La expectativa de vida promedio de las personas con síndrome de Down es de alrededor de 60 años.
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