¿Por qué desde siempre el sistema enseña que las personas con discapacidad tienen que ser diferentes? ¿Es cierto que discapacidad es sinónimo de incapacidad? La industria corporativa a nivel nacional forma estrategias que fomentan el desarrollo de la inclusión en la responsabilidad social en diversos ámbitos. Tanto en organizaciones como en empresas. Sin embargo, ¿está siempre presente de la manera más adecuada para todos?
Limitante cultura organizacional
Simy Zegarra Gonzales, magister y experta en responsabilidad social, indica que en el país más del 94% de las empresas son micro y medianas, por lo que, al no contar con una estructura solida en formación profesional relacionada al ámbito de sostenibilidad social, adoptan valores y actitudes que entorpecen el campo de la inclusión. Un ejemplo que sostuvo fue que muchas de estas compañías no permiten que personas mayores de 65 años puedan continuar con sus actividades laborales dentro de sus instalaciones, pese a contar con una ardua experiencia y una trayectoria profesional. Todo esto con solamente el prejuicio de que se requiere gente más joven.
La magister Zegarra aborda también el tema de las personas con discapacidad que son sometidas a tratos discriminatorios, incluso en sus centros de estudio o labor. Entre tantos casos que vio y presenció dentro de sus jornadas como profesional dedicada al ámbito social, rescata uno en especial: Un niño con síndrome de Down, muy talentoso tanto académica como artísticamente, dentro de su institución educativa se le negó continuar con su siguiente nivel académico, porque, según el colegio responsable de brindarle educación, a ‘ellos’ solo se les permite estudiar hasta cierto grado. Su madre al enterarse, hizo todo lo posible para que esta situación sea reversible junto de la mano profesional de la magister Zegarra. Ambas pudieron resolver este problema y permitir que el niño siga con estudios. Ahora estudia música y toca en una banda sinfónica. Ejemplos de vida que demuestran la casi nula cultura de valores que existe dentro de una empresa. Gran parte de estas compañías afirman mostrar empatía con ciertos grupos vulnerables, mas no lo evidencian dentro de su cultura corporativa. Una máscara de intereses.
Agentes del SÍ
Para ser francos, la responsabilidad social en el país que vele por la protección y visibilidad de minorías, es un aspecto que recién está en la cuna. Sin embargo, ya no se puede afirmar que es inexistente. Y sí. Aún está dando sus primeros pasos en esta sociedad tan descabellada. El velar por el bien de una cultura corporativa traerá grandes beneficios para la reputación e imagen de una empresa. Más aún si estos son canales de voces que transportan historias y servicios a aquellos grupos de los cuales nadie los voltea a ver. Un claro ejemplo es el de Entel, que atiende a personas con discapacidad auditiva dentro de sus oficinas y tiendas. Algo que ninguna otra empresa de telefonía móvil lo hace. Cabe subrayar que también ofrece capacitaciones a sus colaboradores sobre como atender y brindar servicios a personas con habilidades diferentes. Un modelo de responsabilidad social tanto interna como externamente.
¿Por qué hacer sentir diferente a las personas que son iguales? El restaurante San Antonio utiliza estrategias de inclusión para hacer sentir de igual forma a todos sus clientes y brindarles la misma experiencia. ¿Cómo? Incorporó capacitaciones en todos sus colaboradores para que aprendan a usar el lenguaje de señas para las personas sordomudas. Pero lo más innovador es que es uno de los pocos centros de comida que está empezando a usar el lenguaje braille dentro su carta menú dirigida a las personas que sufren ceguera. Peculiaridad que somete a la responsabilidad social dentro de este accionar.
Ejemplos como estos, hay. Y en varias empresas. El asunto interviene cuando no se desarrollan por completo y no tienen un mayor avance. Y tras esto, simplemente quedan ahí. Como se detalló, la responsabilidad social en la mayor parte de empresas a nivel nacional no apuesta por estrategias de inclusión. Siguen estancadas en la misma línea y no muestran interés por los grupos minoritarios. A excepción cuando se trata de lucrar o simplemente tratar de cumplir con la ley.
Según el MTPE, las empresas de 50 a más trabajadores, están obligadas a contratar 3% de personas con discapacidad.
Comments